La clase de hoy ha sido más teórica que el resto. Comenzaremos diciendo que se toma como unidad de medida musical la figura de la negra o la negra con puntillo.
Dicha clase ha estado centrada en el ritmo, definido como el movimiento marcado por la sucesión regular de elementos débiles y fuertes, flujo de movimiento controlado o medido, sonoro o visual, generalmente producido por una ordenación de elementos diferentes del medio en cuestión.
No todos los ritmos son iguales, encontramos ritmos más rápidos, muy lentos, de velocidad moderada, etc. En lenguaje musical consideramos que hay dos ritmos básicos, que son la esencia de todos los demás:
El ritmo binario (A2), se establece, por ejemplo, al andar con paso regular. En los compases debemos encontrar múltiplos de 2. A continuación observaréis un vídeo que muestra el ritmo binario:
El ritmo ternario (A3), encontrado en tipos de música tales como el vals, la jota o las sevillanas. En los compases debemos encontrar múltiplos de 3. A continuación observaréis un par de videos que muestran el ritmo ternario:
En base a estos dos ritmos se construyen en música multitud de ritmos complejos, mezclas. Para poder representar cualquiera de ellos, se utiliza lo que llamamos compás. Los compases pueden ser simples o compuestos, dependiendo del valor de la figura, tiempo o el pulso, y quedan indicados con un fracción (numerado/denominador).
Son compases simples aquellos cuyo numerador es 2, 3 ó 4. Cuando cada uno de sus pulsos o tiempos se puede subdividir en mitades.
Son compases compuestos aquellos cuyo numerador es 6, 9 ó 12. Cuando cada uno de sus pulsos o tiempos se puede subdividir en tercios.
También podemos hablar de subdivisión binaria o ternaria. Todos los compases simples son de subdivisión binaria (ya que la unidad de pulso, al no tener puntillo, puede subdividirse en dos figuras más pequeñas). Todos los compases compuestos son de subdivisión ternaria (porque la unidad de pulso, al tener puntillo, puede subdividirse en tres figuras más pequeñas).
El día de hoy se resume con las siguientes palabras: técnicas básicas de dirección de orquesta. Se ha introducido dicho tema de forma bastante práctica. Hemos comenzado la clase realizando baile con los pies (mediante tres movimientos), introduciendo a su vez giros, patadas y palmas, al cuarto movimiento. Todos estos movimientos eran citados y demostrados por el profesor, tomándole así como modelo y guía de cada movimiento. Después éramos cada uno de nosotros quienes dirigían el movimiento. Mediante esta actividad hemos visto reflejada la duración de las figuras musicales, tales como las negras y las blancas, de una forma dinámica y divertida.
Dicho ejercicio ha sido introductorio a las técnicas de dirección, ya que el profesor nos dirigía y enseñaba cada movimiento. La dirección de orquesta radica en la aplicación de determinadas técnicas gestuales, de ensayo y psicológicas para conseguir que una orquesta recree la obra de un compositor de la forma más adecuada.
La constitución de cada director de orquesta es determinada por su gesto, aunque encontramos otros factores como su inteligencia, nivel cultural, carácter y personalidad, relación con la orquesta y conocimiento de la obra musical. La labor del director se puede resumir en:
El desarrollo recreacional: de volver a crear.
Interpretativo: mezcla de conocimiento sobre la obra musical, sabiduría, carácter, personalidad…
Desarrollo técnico: necesario para llevar a cabo el primero.
El director de la orquesta debe mantener una posición adecuada, cómoda, estable y segura con las piernas separadas, consiguiendo así un equilibrio con la espalda recta, el cuello rígido y los hombros relajados. El director siempre debe estar quieto en el mismo sitio.
Para dirigir una obra el director necesita del uso de una batuta que se sostiene normalmente con la mano derecha. Las batutas vienen graduadas en diversos tamaños. Debe tener el mismo tamaño que el brazo, contando desde el codo hasta el dedo anular.
Para realizar correctamente la dirección de orquesta el director debe aplicar una serie de técnicas expuestas a continuación:
Técnicas gestuales
Es una sucesión de movimientos gestuales realizados para señalar a la orquesta cómo han de tocar, más allá de lo meramente escrito en la partitura. Principalmente son movimientos de brazos, aunque en el ejercicio de la dirección de orquesta es posible y recomendable cultivar el uso de todo el cuerpo.
Dentro de esta técnica encontramos tres figuras principales, que deben realizarse desde una línea visual de referencia, indicada dependiendo de la altura de cada director, en línea recta desde los codos:
“Bastón” y/o binario (compás de 2): el gesto se divide en dos fases, una de subida y otra de bajada, desde un punto de inicio o pulso.
"Triángulo” y/o ternario (compás de 3): el gesto se divide en pulso inicial, tramo horizontal hacia fuera, en que se marca el segundo pulso, tramo vertical de subida desde el tercer pulso y caída hasta el siguiente pulso inicial.
“Cruz” y/o cuaternario (compás de 4): el gesto se divide en pulso inicial, tramo horizontal hacia dentro (con o sin cruce de brazos) hasta el segundo pulso, tramo horizontal hacia fuera hasta el tercer pulso, y cuarto pulso con rebote vertical hacia arriba más su posterior caída hasta el siguiente pulso inicial.
Se dirige con dichas figuras con las dos manos, una de ellas marca el ritmo y la otra puede indicar quién y cuándo hace un determinado sonido, produciéndose así la independencia de una mano a otra. Todo golpe se da en el mismo sitio, en el centro.
Para realizar dichos movimientos hay que relajar los brazos y los hombros. Pensando durante el ejercicio en que no debemos romper el gesto, es decir, no articular el codo, dejando al brazo moverse en una unidad gestual, atendiendo siempre a no tensar el brazo ni los hombros. Para practicar esta postura, el profesor nos ha indicado que imagináramos que había una mesa, situada a la altura de cada uno, donde tendríamos que dar el golpe.
Estos gestos pueden utilizarse con las manos a dos alturas, en casos como orquestas donde haya coros, por ejemplo.
En este punto destacamos el concepto de "relación de pulso", que consiste en la relación de velocidad entre el rebote, en el pulso, la consiguiente subida del brazo y la caída al pulso siguiente.
2. Técnicas psicológicas
Consisten en la habilidad de los músicos y del público para recrear las intenciones del compositor. Dependerán de su propia comunicación y de su disposición hacia la obra.
3. Técnicas de ensayo
Constituyen la verdadera labor del director. En general, se puede jerarquizar el trabajo de ensayo en la solución de problemas técnicos como afinación, tempo, dinámica y articulación y como direccionalidad, relación entre ideas, etc.
Estas técnicas básicas de dirección deben caracterizarse por varios factores de los cuales quiero destacar la altura, la decisión, las ganas, el silencio, la atención y el espacio. Además de que hay que tener bastante claro cómo y cuándo hay que marcar la orden.
Si dicha dirección es realizada correctamente se producirá un ámbito eufónico caracterizado por una sonoridad agradable que resulta de la combinación adecuada de cada uno de los sonidos.
A continuación encontraréis dos videos, uno de los cuales me ha llamado bastante la atención, ya que se trata de un niño de corta edad, el cual se encuentra dirigiendo una orquesta.
Y en el siguiente vídeo veréis un ejemplo de dirección de “Coro y Orquesta JMJ”: Sanctus
En la clase del día de hoy nos han hablado, y hemos practicado, cinco conceptos fundamentales en el mundo de la música:
Nota o figura musical
Silencios
Valor de las distintas notas y sus silencios
El puntillo
El compás
Todos estos conceptos los hemos puesto en práctica a lo largo de toda la clase mediante diversas actividades propuestas por el profesor, donde teníamos que combinarlas correctamente.
En música una nota o figura musical es un signo que representa gráficamente la duración musical de un sonido en una pieza musical. Las figuras más utilizadas son siete y se denominan de la siguiente forma: redonda, blanca, negra, corchea, semicorchea, fusa y semifusa.
El valor de cada figura se determina de la siguiente forma:
Una redonda (4 pulsos) equivale a dos blancas
Una blanca (2 pulsos) equivale a dos negras
Una negra (1 pulso) equivale a dos corcheas
Una corchea (1/2 pulso) equivale a dos semicorcheas
Una semicorchea (1/4 pulso) equivale a dos fusas
Una fusa (1/8 pulso) equivale a dos semifusas
Una semifusa (1/16 pulsos)
Cada figura tiene un silencio, signo que representa la duración, pero sin sonido. Cada uno de estos silencios contiene el mismo valor de la nota a la cual corresponde. A continuación observaréis una imagen con las notas y sus respectivos silencios, así como el valor de cada figura.
A continuación pasamos a hablar de las figuras musicales con puntillo. El puntillo es un signo de prolongación situado a la derecha de una nota o silencio añadiéndole así la mitad de su valor. De tal modo, encontramos cada figura con el valor de:
Una redonda con puntillo equivale a tres blancas, 6 pulsos.
Una blanca con puntillo equivale a tres negras, 3 pulsos.
Una negra con puntillo equivale a tres corcheas, 3/2 pulsos.
Una corchea con puntillo equivale a tres semicorcheas 3/4 pulsos.
Una semicorchea con puntillo equivale a tres fusas 3/8 pulsos.
Una fusa con puntillo equivale a tres semifusas 3/16 pulsos.
La representación gráfica de las figuras musicales se realiza mediante el compás, que se emplea para especificar cuántos pulsos hay en cada compás y qué figura musical define un pulso. En las partituras los compases se sitúan al principio del pentagrama, o tras una doble barra que indica un cambio de compás. La división en compases se representa mediante unas líneas verticales, llamadas líneas divisorias, que se colocan perpendicularmente a las líneas del pentagrama.
Por último, generalmente, para evitar que las plicas se salgan del pentagrama, se aplican las siguientes normas:
Si la cabeza se encuentra por debajo de la tercera línea, las plicas se escriben hacia arriba.
Si la cabeza está escrita por encima de la tercera línea del pentagrama, se dibuja la plica hacia abajo.
Las notas escritas en la tercera línea se escriben indistintamente con la plica hacia arriba o hacia abajo.
La guitarra es un instrumento musical de cuerda, compuesto de una caja de madera, un mástil y seis cuerdas. La siguiente imagen os muestra las partes de las cuales consta la guitarra.
las notas se nombran de abajo hacia arriba, desde las más agudas a las más graves, distribuyéndose de la siguiente forma:
MI
SI
SOL
RE
LA
MI
El mástil se compone de doce trastes, el sonido de una cuerda se produce pisando sobre esta. A continuación observareis las notas colocadas por orden, con sus sostenidos y bemoles, en alguno de los trastes.
Para saber tocar una guitarra es necesario el conocimiento y manejo del orden de las notas musicales así como los semitonos, bemoles (b) y sostenidos (#).
También encontamos un dispositivo, llamado cejilla, que se utilizada para acortar las cuerdas y por tanto subir el tono de instrumentos de cuerda.
Las cejillas se emplean para cambiar la clave y tono de las cuerdas tocadas al aire en una guitarra sin necesidad de afinarla de forma distinta. El tono de las cuerdas pulsadas no resulta modificado, tan solo las cuerdas al aire.
Es un instrumento metálico con forma de horquilla, generalmente utilizado para la afinación de instrumentos musicales, ya que emite un tono musical puro que permite la disipación de los sobretonos altos, produciendo así un sonido armónico. Emite el sonido de la nota la (nota pura, sin decimales), A en notación americana, lo que equivale a un sonido de unos 440 Hz (determinado por un frecuencímetro).
Este instrumento es indispensable para el músico. Para su utilización debemos golpear suavemente la zona de la "U", produciendo la vibración. Debemos cogerlo correctamente, con el dedo índice y el pulgar en forma de pinza entre la bola y la zona de la "U", para no interrumpir la vibración.
Para que exista el sonido es necesaria la existencia de un elemento emisor, un medio y un receptor y para que exista este sonido se tiene que producir una vibración.
Este elemento carece de caja de resonancia, por lo que para que genere sonido alguno es necesario un elemento amplificador, apoyándolo así en cualquier superficie rígida. Podemos escucharlo colocándonoslo cerca del oído, incluso apoyando la zona de la bola próxima al oído. También podemos colocar la zona de la bola en el codo, mientras nos tapamos el oído con dicho brazo, ya que los huesos son buenos transmisores del sonido.
Tal y como nos ha mostrado Tomás su utilización, podremos hacer con nuestros futuros alumnos, tapándose éstos las orejas mientras el maestro coloca el diapasón con la bola hacia abajo en la cabeza de cada niño. De tal forma oirán la nota producida por el diapasón.
El día de hoy se ha basado en la práctica de dos instrumentos esenciales en el mundo de la música, los cuales explicaré en las dos entradas posteriores.